Cuidado con las brujas


Debe ser porque se acerca la noche de Walpurgis, pero alguien me mandó una nota felicitándome por ser bruja, no le vi mayor problema (sé que, según Margaret Murray, ya debo haber pasado de hada a bruja), el problema surgió cuando me dijeron que no era insulto, sino reconocimiento de mi poder. El origen del halago es que ese alguien que me calificaba de bruja había encontrado la feliz noticia de que la palabra witch (en inglés bruja), tenía un origen egipcio y ahí (en esa lengua misteriosa proveniente de una cultura más esotérica aún) esa raíz tenía filiación con el poder femenino y el conocimiento. De eso se derivaba que las brujas eran "mujeres empoderadas".

Sé que la idea suena linda, y que hay muchas que se sienten brujas de inmediato, pero me temo que habría que manejar esta información con cuidado. Investigando, eso de hacerlo frecuentemente puede ser una fijación peligrosa, llegué a lo que parece ser la fuente de la, generosamente hablando, confusión: la señora Myriam Wigutov, autodenominada bruja, cita esta curiosa etimología y lo hace de una manera un tanto cuanto ambigua, lo suficiente para que no sepamos la filiación de la afirmación. Y la rueda empezó a rodar, y como máxima, parece que la verdad deja de importar si una falacia se repite con suficiente fuerza y ahora todas quieren ser brujas porque se puso de moda ser "empoderada".


A mí no me preocupa si alguien se considera bruja o no (ni si en este momento alguien me está llamando de ese modo u otro peor), pero me dan pena las indefensas palabras cuando son arrastradas al territorio de las etimologías populares (práctica que trata explicar los orígenes de las palabras fundamentándolas en afinidades fonéticas o creencia y tradiciones personales o populares) sin que las pobres puedan defenderse, así que, lamento si rompo algún sueño de poder femenino, pero les mando la etimología de la palabra witch.

Witch: del inglés antiguo wicce (maga, hechicera), femenino del inglés antiguo wicca (brujo, mago, hombre que practica la brujería o la magia), del verbo wiccian (practicar brujería). Relacionada con wizard (mago), wise (sabio) y wisdom (sabiduría), palabras emparentadas con un núcleo relativo a la sabiduría y la visión, posiblemente en filiación con palabras como wikken y wicken (bajoalemán) que se usaron para designar a los adivinos. Son términos que al parecer derivan del proto-germánico *wissaz (fuente también del sajón antiguo, wis; el viejo nórdico viss; el holandés wijs y el alemán weise, todas palabras que designan a alguien "inteligente"), adjetivo derivado de *wittos que comparte raíz con el verbo *weid- ("ver", por lo tanto, "saber").

Estamos, a su vez, en presencia de una familia a la que pertenecen palabras como el gótico Weihs, que significa "santo", y Weihan, en alemán "consagrar". Esta filiación etimológica encaminaría a la palabra witch a derivar de palabras emparentadas con el conocimiento de lo sagrado y su uso para designar a mujeres que originalmente poseían saberes sobre dioses ajenos y que terminaron siendo consideradas siervas de un poder opuesto al divino.

El DEO da para bruja un origen incierto, pero otros especialistas y diccionarios aclaran que aunque ninguna de las etimologías propuestas hasta al fecha para whitch está exenta de problemas semánticos o históricos existen otras posibilidades. Para los defensores del origen sajón del término, es posible conectarlo con el inglés antiguo wigle "adivinación", y con wig y wih "ídolo". Para optar por el primer término, en algunos glosarios anglosajones, wicca se usa para nombrar a los augures latinos y wicce como sinónimo de pitonisa o adivina (c. 1100) y hay un ejemplo en el cual wicca se traduce como mago: el manuscrito llamado "Three Kings of Cologne" (c. 1400) traduce wicchis directamente como magi.


Finalmente, witch puede pertenecer al grupo semántico proto-germánico representado por el término *wikkjaz, que aludiría a los nigromantes -aquellos que eran capaces de despiertar a los muertos-, la palabra habría derivado de las raíces *weg-yo- y *weg- ("fortalecerlo, animarlo"). Desde este sentido la bruja estaría relacionada no solo con la capacidad de ver en el futuro, sino directamente son la nigromancia, la peor de las magias ya que, era la capaz de romper la primera de las leyes naturales que es la de que lo que está muerto, debe permanecer así. Así tenemos que, a pesar de toda esta filiación con la sabiduría y con poderes sobrehumanos, en ninguna parte se ve la relación ni con lo egipcio ni con poder femenino.




Como nota adicional, habría que hacer un análisis de la palabra egipcia baq que, hasta donde sé, significa aceite, en particular aquel que se extraían de la nuez ben, el fruto del árbol moringa (que según parece sigue creciendo en Egipto). El baq tenía la ventaja de ser inodoro, no se ponía rancio y fijaba y conservaba bien los aromas. Era utilizado lo mismo para la medicina que para la perfumería y sí, posiblemente, para los hechizos. La única otra opción, repito, hasta donde sé, es que baq sea parte de la palabra Baq-t (Baquet) que, en la piedra Rosetta (la llave que permitió traducir los jeroglíficos egipcios) se repite como designación del territorio que hoy llamamos Egipto. Con lo cual entenderíamos que mencionar que algo es baq sería como decir que algo es egipcio y con ello volveríamos a esa antigua práctica que desde el siglo XIX consiste en adjudicarle raíces egipcias a todo tema oculto o esotérico. Ahora bien, supongo que podría hacerse una afiliación con la palabra Ba, que es una parte del alma y está representada por la cigüeña, pero me detengo acá por miedo de hacer, yo misma, una etimología popular.

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